OH! Stgo 2024: Promoviendo La Ciudad Participativa

Texto por Magdalena Novoa

¿Qué es una ciudad participativa? 

Una ciudad participativa promueve la equidad y la justicia social al asegurar que todas las voces, especialmente las de los grupos marginados, sean escuchadas. Este modelo de ciudad fortalece el sentido de pertenencia y responsabilidad comunitaria, fomentando la cohesión social, un entorno seguro y saludable, y una mayor resiliencia. La participación ciudadana también fortalece la democracia y la gobernanza local, y mejora la eficiencia y eficacia de la gestión pública. Cuando las personas tienen voz y voto en las decisiones que afectan sus entornos, se fomenta un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida, mejorando la gestión de recursos y adaptando soluciones a las realidades locales.

Para que una ciudad participativa funcione de manera óptima, es crucial que las autoridades estén comprometidas a escuchar y actuar según las demandas ciudadanas. Los procesos de participación deben ser inclusivos, accesibles y transparentes, garantizando que todos los habitantes puedan contribuir, independientemente de su origen o condición socioeconómica. 

La ciudad participativa está estrechamente vinculada con el derecho a la ciudad, un concepto y movimiento que busca garantizar que todas las personas puedan disfrutar y contribuir al desarrollo urbano sin distinción de clase, género, edad, etnia, nacionalidad u otra condición. Introducido por el filósofo Henri Lefebvre en 1968 y desarrollado por numerosos movimientos sociales, este derecho implica transformar las ciudades en espacios más equitativos, democráticos y sostenibles.

El derecho a la ciudad se realiza a través de la participación activa de las personas en la planificación, diseño y gestión de su entorno urbano y en la toma de decisiones sobre políticas públicas, proyectos de desarrollo y el uso del espacio urbano. Estas decisiones deben reflejar las necesidades y deseos de la comunidad, garantizando el acceso a servicios y recursos urbanos como vivienda, salud, educación, transporte y espacios públicos, y eliminando barreras que perpetúan la exclusión. Además, considera el impacto ambiental y promueva prácticas ecológicas, como la gestión eficiente de recursos y la creación de infraestructuras verdes.

Trabajar hacia una ciudad participativa que garantice el derecho a la ciudad es esencial para lograr justicia social y equidad. En muchas ciudades, las políticas urbanas benefician a los sectores privilegiados mientras los grupos vulnerables enfrentan desalojo, gentrificación y falta de acceso a servicios básicos. Garantizar este derecho, promueve una distribución más justa de los recursos y oportunidades urbanas, reduciendo las desigualdades.

En grandes ciudades como Santiago, que han sufrido violencia política, desastres naturales, cambio climático, crisis sanitarias y conflictos sociales y políticos recientes, la participación y el derecho a la ciudad son fundamentales para reparar el tejido urbano y social. Los habitantes activan y dan vida al entorno urbano, y la calidad de estos entornos es crucial para el desarrollo individual y colectivo

En resumen, una ciudad participativa que resguarda el derecho a la ciudad es aquella donde la voz de las personas tiene un impacto real y tangible en la mejora de su entorno y apuesta por la colaboración, la inclusión y la innovación, construyendo comunidades más fuertes y sostenibles.

Retos y Perspectivas 

Implementar una ciudad participativa y el derecho a la ciudad enfrenta varios desafíos, como las estructuras de poder existentes, la resistencia al cambio y las limitaciones económicas. Sin embargo, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y gobiernos progresistas en todo el mundo están trabajando para superar estas barreras, promoviendo políticas inclusivas y participativas.

Desarrollar una ciudad participativa requiere un cambio en la manera de concebir y gestionar las ciudades, adoptando enfoques integrados y reparativos que consideren la diversidad y complejidad de los espacios urbanos. Esto implica fomentar la cooperación entre autoridades locales, organizaciones comunitarias, el sector privado y la ciudadanía. En nuestro país, en los último años hemos avanzado en debatir políticas urbanas que integren una perspectiva de género, que incorpore los cuidados, que sea inclusividad y que considere los factores medioambientales.

En esta nueva edición 2024 de OH! Stgo, queremos hacer un llamado a tomar en serio la participación urbana y el derecho a la ciudad, principios que guían nuestro quehacer y programación desde nuestros inicios. Hacemos un llamado a mirarnos y encontrar nuevas formas de coexistir y participar en la diferencia, así como reinstalar en el debate político y urbano la pregunta: ¿quiénes son responsables y cómo desarrollamos una ciudad participativa y reparatoria?

A través de la programación e iniciativas de OH! Stgo, esperamos fomentar la participación y el derecho a la ciudad como una visión urbana más humana, poderosa, necesaria y transformadora. Buscamos reimaginar las ciudades como espacios de reparación donde la equidad, la participación y la sostenibilidad son principios fundamentales en el desarrollo de nuestras vidas colectivas e individuales. Reconociendo y promoviendo este derecho y estos principios, avanzamos hacia ciudades más justas, inclusivas y resilientes, que reflejan las aspiraciones y necesidades de todos sus habitantes.

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